por Dra. Karina Chavez
A lo largo de los años hemos avanzado varios pasos como sociedad a nivel cultural, modificando costumbres, principios y valores. Sin embargo, hay algunos aspectos de los cuales aún nos falta mucho por aprender. Uno de ellos es el bodyshaming y los efectos que produce en los niños, niñas y adolescentes. Puesto que puede derivar o concluir en bullying lo que pone en peligro la seguridad individual y acarrea consecuencias en la adultez.
La redacción del presente artículo deviene a partir de la publicación realizada por el diario LA NACIÓN al respecto titulada “No se habla del cuerpo de otros” (Hitimian, 2023). Éste nace por los recientes sucesos que involucran a las celebridades Moria Casán e Isabel Macedo, en donde la primera fue criticada por exponerse en traje de baño en la playa y la segunda, en un acontecimiento similar, fotografió a su hija y luego subió las imágenes a sus redes sociales, por lo que recibió una lluvia de comentarios por el peso de su bebé.
El término bodyshaming hace alusión a la humillación corporal, es decir, la discriminación que sufren las personas en base a la forma, tamaño o apariencia de su cuerpo. Son críticas directas al aspecto corporal y una invitación a cambiarlo bajo la creencia o motivación de que lo que somos está mal.
Lo que se encuentra estrechamente vinculado con la gordofobia, el maltrato, ridiculización y burlas por el peso, que de acuerdo con el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) ocupa el segundo puesto en formas de discriminación.
Lamentablemente se trata de una práctica habitual tanto en espacios físicos, como en el seno familiar, el ámbito laboral o académico, incluso en las redes sociales en donde se posee mayor libertad e impunidad para emitir juicios de valor.
Puede venir de la mano de familiares, amigos, conocidos y desconocidos, a través de críticas, comentarios sutiles o “chistes” que avergüenzan a un individuo por las características de su cuerpo, sufriendo el etiquetamiento de obeso u obesa.
Esto es producto de los estándares de belleza, los cuales se pueden definir como aquellos requisitos que necesariamente se deben cumplir para ser considerado lindo/a o hegemónico/a por el resto. En contraposición, el no responder con cierta delgadez exigida es sinónimo de obesidad y, en consecuencia, se es feo o fea. Los mismos surgen a raíz del mercado de la moda, los medios de comunicación y por la misma sociedad.
Cualquier persona puede ser víctima de discriminación, no obstante, el bodyshaming suele afectar en mayor parte a mujeres, a personas de la comunidad LGBTIG+ y a niños/as y adolescentes. En todos los casos el daño psicoemocional se hace presente pero en la niñeces es superior, ya que se encuentra en plena etapa de desarrollo la personalidad y la autoestima.
Aquí radica la afectación de la salud mental, ya que suele provocar inseguridad, baja autoestima, ansiedad, depresión, problemas alimenticios, que cabe destacar, conforme a la Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia (ALUBA) nuestro país ocupa el segundo puesto en el ranking de problemas alimenticios, y confusión sobre el cuerpo de sí mismo, lo que deriva en la aparición de ideas o pensamientos negativos por no responder con el ideal de belleza impuesto por la sociedad.
Los niños, niñas y adolescentes poseen mayor riesgo de desarrollar algún tipo de enfermedad mental por un hecho vivido y si bien, esto tiene incidencia al momento de relacionarse, desarrollar habilidades sociales, o formar vínculos con otros individuos o al momento de desempeñarse en el ámbito académico o laboral, a su vez, compromete a la salud e integridad física. Algunas de las consecuencias de la ansiedad y depresión son el estrés, insomnio, problemas digestivos e intestinales, abuso de sustancias, fatiga intensa, trastornos cardiovasculares y psicosomáticos, entre otros y en el peor de los casos puede concluir con suicidio.
En cuanto a las enfermedades de bulimia y anorexia desata disminución cardiaca y de presión arterial, osteoporosis, pérdida y debilidad muscular, deshidratación, pérdida de cabello, sequedad en la piel y crecimiento de lanugo. Lo que es preocupante, debido a que de acuerdo con una nota de INFOBAE (2023) “en la Argentina, según las últimas cifras de la Asociación de Lucha Contra Bulimia y Anorexia (ALUBA), el 70% de las mujeres argentinas no está conforme con su cuerpo”.
El bullying es un concepto con el cual gran parte estamos asociados, ya no resulta desconocido, es una forma de maltrato o intimidación, puede ser de manera física y/o psicológica, de carácter intencional y persistente por un grupo de personas, generalmente estudiantes, hacia otra (Adelardi, 2022). Es uno de los medios por el cual el bodyshaming es llevado a cabo, por lo cual posee las mismas consecuencias mencionadas.
Otro caso emblemático del cual se hace mención a modo de ejemplo es el de la joven princesa de Países Bajos, Amalia, hija de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta, quien fue más de una ocasión duramente criticada por su cuerpo, pero recientemente estuvo en todos los medios tras su primera gira oficial en el extranjero. Algunos de los comentarios fueron: «Su gran figura va bien con los lugareños. Amalia tal vez debería quedarse ahí, no se notaría tanto con su cuerpo»,»el padre y la hija deben pensar en su salud, demasiado grande”, «su lenguaje corporal inseguro demuestra que ella es consciente de los desagradables comentarios sobre su peso» (Perfil, 2023).
En conclusión, “detrás del bodyshaming hay una cultura de la delgadez obligatoria, de un modelo único de cuerpo, de una cultura gordofóbica, racista, sexista, gerontofóbica. Está fundamentado bajo ciertos estereotipos de belleza. Hay un solo tipo de cuerpo validado y debe ser delgado” (Himitian, 2023). Lo que significa, el único cuerpo que merece ser mostrado es el cuerpo hegemónico, de lo contrario seremos objeto de críticas y humillaciones.
Una sociedad que pone el acento en alcanzar un determinado estándar de belleza y conducta, basándose casi exclusivamente en la imagen y le resta importancia a las emociones que hay detrás del cuerpo que critica, naturaliza así discursos violentos. Sin duda es necesario de-construir el relato que ridiculiza y señala a personas con sobrepeso u obesidad, y comprender que el valor y significado de las personas no se traduce en su apariencia física.
Se trata de aceptarse físicamente, un proceso difícil y que quizás nunca termina porque evolucionamos y nuestra mente y cuerpo cambian gradualmente, sin embargo, reflexionar y concientizar sobre nuestras necesidades y deseos, lejos de un modelo aspiracional societario.
El combate contra bodyshaming inicia en uno mismo, trabajando la autoestima, considerando que nuestro valor no pasa por la belleza física. Entender la importancia de inculcar a nuestros niños, niñas y adolescentes valores, educación tanto en casa como en las instituciones. Incorporar que todos somos diferentes, lo que está bien y que igualmente tenemos los mismos derechos: respeto, libertad, honor, dignidad y privacidad. Y sobre todo que “No se habla del cuerpo de otros” primer paso al cambio de paradigma frene a la corporeidad y la belleza.
Referencias bibliográficas:
Evangelina Himitian (2023). “No se habla del cuerpo de los otros”. Qué es el bodyshaming y por qué el aspecto físico no debería ser materia de opinión. Diario La Nación. [Recuperado el 5 de febrero de 2023].
Infobae (2023). Sobrepeso y obesidad como estigma: qué es el body shaming y cómo puede afectar la salud mental. Infobae. [Recuperado el 5 de febrero de 2023].
Lucia Adelardi (2022). Bullying, Gordofobia y Salud Mental. Revista Límbica [Recuperado el 5 de febrero de 2023 ].
Loreany Carpio Armas (2022). Body shaming: qué es y cómo nos afecta. PSonrie. [Recuperado el 5 de febrero de 2023].
https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/body-shaming-que-es-y-como-nos-afecta].
Perfil (2023). La princesa Amalia, víctima de «body shaming» durante su visita al Caribe. Diario Perfil. [Recuperado el 5 de febrero de 2023].